INTELIGENCIA EMOCIONAL
Yosbany Vidal García
Profesor del PD y PAI 5 en el ISM-IA
El maestro colocó tres frases célebres en una diapositiva. Agregó colores, animación y una radiante sonrisa se le dibujó en el rostro cuando asumió que todo ya estaba listo. Se acomodó la corbata y dio clic para su llamada a clase. La actividad para ese día era totalmente creativa: cada alumno escribiría una pequeña historia. El docente intentó abrir el PowerPoint pero fue en vano.
—Imaginemos una caja misteriosa… —expresó ipso facto para salvarse del sinsabor del momento.
LA LLAMADA
Néstor Giovanny Flores Fajardo
Docente de Lenga y Literatura PAI en el ISM-IA
Desde mi ventana pude ver la llegada de una noticia. Sonó el teléfono, solo en una ocasión.
- Aló
Se encendió la luz, que se encargó de iluminar el caos y el dolor de las palabras recibidas.
- Ñañita, mi mamita...
Se escuchó entonces un llanto largo y destemplado, interrumpido cada tanto, para repetir dos palabras.
– Mi mamita...
Luego, las maletas, el apuro, el prende el carro que hay que ir ¿a dónde?, hay que ir y punto.
Salieron entonces a encontrarse con la nada, una sola estrella brillaba en el firmamento, hacia ella giraron el volante y se fueron.
CAMINO A CASA
Isabela Alejandra Neacato Quincha
Estudiante Básica Elemental en el ISM-IA
Desde la ventana de mi casa pude ver a una polilla volando cerca de la luminaria que alumbra el pasaje de mi conjunto, después de unos minutos se fue y se encontró con otra polilla. Camino a su casa les dio un fuerte viento y se cayeron en un charco de agua, no pudieron volar y se ayudaron mutuamente para salir, a una de las polillas se le ocurrió ir caminando ya que no podían volar.
Al llegar a casa hicieron sus tareas de polilla y al terminar se fueron a dormir.
GORRIONES
Ricardo Wladimir Salas Beltrán
Estudiante Programa de Años Intermedios en el ISM-IA
Desde la ventana de mi casa, pude ver a una pareja de gorriones que venían a bañarse en una pequeña e improvisada tina de baño que coloqué en el balcón. Parecía que conversaban entre sí, mientras saltaban alegres del macetero al piso y viceversa. En mi desesperación, por estar tanto tiempo encerrado, les pregunté en silencio ¿Qué pasa afuera? ¿Qué ven mientras vuelan? ¿Tienen miedo?
Siento ternura y me inmovilizo para que no se asusten y no se vayan, mis preguntas han sido respondidas. No pasa nada, veo tus maravillas, ¡Confío en ti Señor!
DUDAS EN TIEMPO DE VALS
Cristian Patricio Benalcázar León
Exalumno del PD en el ISM-IA
—Ser o no ser —expresó Cristian en voz alta, mientras apartaba una de las obras de Shakespeare que atesora en su librero—. Para algunos la vida ha girado ciento ochenta grados y, del andar autómata al colegio, ahora nos abstraemos a una pantalla incandescente de la que no logramos escapar entre clases y deberes. Acaso…, tal vez…. En fin, no es tiempo de súplicas, sino cuestión de voluntad. Yo nunca he tenido problemas para soñar con los ojos abiertos, y menos ahora que estoy en casa.